
Es evidente que la hora del biometano parece haber llegado. En España ya hay decenas de noticias, asociaciones activas, proyectos de investigación y plantas de biometano en construcción, como la que AGF está ejecutando para BIOMETAGAS LA GALERA SL. A nivel europeo es ya una realidad, centrado principalmente en su inyección a la red de gas natural. Sobre este tema discutimos en otro artículo titulado “biogás como política de Estado”.
Pero se puede afirmar que el biometano no parece ser el biocombustible del futuro.
El biocombustible del futuro será probablemente el hidrógeno. El H2 es el gas con mayor densidad energética por unidad de masa, tiene una combustión limpia, pues sólo genera agua; y su uso puede ser tanto para producción de electricidad en pilas de combustible como para combustión directa. Es innegable que también tiene otros problemas y dificultades asociadas, pero serán superadas a medida que se expanda su producción y consumo.
Actualmente uno de los principales problema del hidrógeno es su producción.
Prácticamente todos los métodos industriales de producción de H2 son energéticamente deficientes, pues consumen más energía de la energía que generan en forma de H2. Por lo tanto, la producción de H2 suele tener huella de carbono y un alto coste de producción. De cara a producir hidrógeno renovable se está empleando la electrólisis alimentada por energías renovables excedentes o directamente por paneles fotovoltaicos construidos para tal fin. Este proceso se puede considerar renovable, pero está limitado a las horas de producción de la fotovoltaica y sigue siendo un proceso energéticamente negativo.
Una de las formas de producir hidrógeno renovable es el biogás. Y es energéticamente positivo.
El biogás siempre se ha considerado una mezcla de gases de origen orgánico, siendo el gas combustible el metano. Pero no tiene por qué ser así. La tecnología de procesos bioquímicos nos permite modificar rutas metabólicas para favorecer la producción de hidrógeno.
Y eso es lo que AGF ha demostrado a escala industrial.

Tras años de investigación en este campo, y después del primer año de operación en la planta de BIOGASNALIA, se ha conseguido que se esté generando un gas con más del 50% de biohidrógeno, pudiendo llegar a valores superiores al 70%. En las calderas, para producir vapor saturado, se está combustionando un gas con menos del 35% de metano, con una producción estable en la planta.
En la actualidad se está controlando la producción de biohidrógeno para producir un gas con un poder calorífico mínimo por unidad volumétrica con vistas a su uso actual en calderas, pero se ha demostrado que la tecnología está lista para poder generar biohidrógeno con un coste de producción tan bajo como el que tiene el MWh en forma de metano en el biogás tradicional.
Por lo tanto, AGF puede anunciar que la planta de BIOGASNALIA es la primera planta de biohidrógeno de España y, muy posiblemente, una de las primeras plantas del planeta. Esto pone en vanguardia a la tecnología española en este sector.
AGF está estudiando como potenciar la producción de hidrógeno, desarrollando el modelo económico para este gas y diseñando los procesos paralelos necesarios para poder transformar el biogás de la planta en un hidrógeno renovable con salida comercial.
Ahora que el mercado del biometano parece estar arrancando en España, AGF está trabajando en el desarrollo de lo que puede ser el siguiente mercado, el del bioH2; con la convicción de que se trata del vector energético del futuro. La empresa tiene la tecnología para la producción selectiva de los dos gases, aunque la del bioH2 todavía necesita un desarrollo comercial.